Hoy quiero enseñaros uno de mis platos preferidos, los pimientos del piquillo rellenos de carne. Es una receta que aprendí de mi suegra que era una excelente cocinera y que cuando la hago, siempre triunfo. Como son un poco laboriosos de hacer, el día que me pongo preparo una buena cantidad porque si sobran, de un día para otro, están más ricos y si no, también se pueden congelar.
Vamos con los ingredientes para cuatro personas, aunque ya os digo que podeis hacer más cantidad porque están espectaculares. Solo es cuestión de tener preprados más botes de pimientos del piquillo y más carne picada
Ingredientes para los pimientos
1 bote de pimientos del piquillo
350 gr. de carne de ternera picada con un poco de cerdo
Jamón serrano
1 cebolla
un poco de pan rallado
nuez moscada
1 huevo
Harina
Para la salsa
harina
1 cebolla
vino blanco
2 tomates maduros
1 guindilla
Modo de hacerlo
Lo primero que debemos hacer es sacar los pimientos de la lata y escurrirlos bien. Hay que tener mucho cuidado porque los pimientos del piquillo son muy delicados y se rompen con facilidad. No tires el jugo porque nos servirá para añadirlo a la salsa.
En una sartén ponemos aceite de oliva a calentar para freir la cebolla muy picadita. Lo hacemos a fuego lento para que no se nos queme y quede bien blanda. A continuación añadimos la carne picada de ternera y cerdo que habremos mezcaldo con la loncha de jamón picada con las tijeras. También le puedes pedir a tu carnicero que te pique el jamón con las otra dos carnes.
Sofreimos bien, deshaciendo la carne para que quede bien hecha, salpimentamos y añadimos un poco de nuez moscada que le da un sabor sorprendente. Para que nos quede una masa con la que rellenar los pimientos le añadimos un poco de pan rallado y seguimos rehogando hasta que se integre.
Ahora toca rellenar los pimientos. Con una cucharilla y mucho cuidado vamos introduciendo la farsa y cerramos con un palillo. Pasamos por huevo y harina sobre todo la boca y freimos. Hay quien se salta este paso pero os puedo asegurar que el resultado no tiene nada que ver. El rebozado es fundamental en esta receta.
En el aceite que ha quedado después de freir los pimientos yo aprovecho para hacer la salsa. Pongo a freir una cebolla picada y cuando esté dorada y blanda añado una cucharada de harina y la tuesto un poco para quitarle el sabor de harina cruda y un chorreón de vino blanco, sin dejar de remover. A continuación agrego los tomates que he pelado y rallado peviamente. Hay quien lo hace con salsa de tomate. Ahí lo dejo a la elección de cada uno. Aquí podemos agregar el jugo de los pimientos y si se queda muy espesa la salsa incluso un poco de agua.
Pasamos la salsa por el pasapuré encima de los pimientos y ponemos a cocer a fuego muy lento al menos media hora vigilando que no se peguen. A mi me gusta añadirle una o dos guindillas porque le da mucha alegria al plato.
Espero que disfruteis de esta receta con la que seguro que vais a dejar sorprendidos a vuestros comensales